Puerta del pensamiento abstracto
«El mundo invisible es el verdadero mundo», pues la energía sigue al pensamiento.
Contemplando con serenidad todos los acontecimientos que se desarrollan en el gran escenario de la vida del ser humano y llevando una vida activa dinámica y de compromiso, aprendamos cada día una lección profunda y generosa que el espíritu sabe archivar, para los anales de nuestra propia existencia...
El pensamiento abstracto es una intuición que surge del alma. Pero esto no es comprobable salvo en la propia experiencia. Por ello vamos a mencionar en esta Puerta el silencio. Y lo relacionamos también a la filosofía de las obras pedagógicas, en los libros, lo que se vive al leer entre líneas...
Primero tienes que encontrar la página que algo te va a decir gracias al silencio que has creado en ti.
Lo que ocurre después es que algo que no ves en el libro, parece salir de él, y te muestra un saber que es intuición.
Gracias al silencio se desarrolla nuestra sensibilidad interna, es decir, nos capacitamos a una reflexión de la conciencia, para obrar más acertadamente…
El silencio es el campo más revolucionario de la vida, el silencio es una trasformación total y permanente.
No existe lo inmutable, lo estático, sino que todo está cambiando continuamente, en un fluir infinito, armónico y equilibrado por las fuerzas del yin y el yang.
Diariamente un periodo de silencio, bien sean cinco minutos, veinte minutos, media hora. Educarnos a convivir en silencio y aquietar la mente es una de las bases de la felicidad, y es ahí donde el corazón despliega todo su potencial, toda su sabiduría. Esta es una de las condiciones de saber vivir en armonía, de saborear cada fracción del pensamiento silencioso.
Si sentimos el silencio en nuestro corazón, estamos experimentado el silencio en el feto de nuestra madre, todo el universo de la Creación, que siendo armonía nos abre las puertas de una visión y apertura a nuevas maneras de enfocar todos nuestros pensamientos y manera de ver las cosas en positivo.
La meditación sencilla es la esencia de la vida, la creadora en todos los campos del Universo y debiera de ser nuestra premisa en nuestra evolución, en nuestro estar y ser.
El silencio creador se hace sin el menor esfuerzo, así la meditación no se hace, se vive, en cada ser humano, o en grupo, y la expresión meditativa es el contacto con Dios, con las fuerzas de la naturaleza, con todo lo creado.