Espíritus Rebeldes - Familia y no violencia
El 30 de enero de cada año se celebra ‘El Día Escolar de la No-violencia y la Paz (DENIP)’. Fue declarado por primera vez en 1964. Surge de una iniciativa pionera, no gubernamental, independiente, y voluntaria de Educación No-violenta y Pacificadora del profesor español Llorenç Vidal. Su objetivo es la educación en y para la tolerancia, la solidaridad, la concordia, el respeto a los Derechos Humanos, la no-violencia y la paz. En este día, los colegios y centros se convierten en instrumentos de paz y entendimiento entre personas de distinta formación, raza, cultura y religión.
El mensaje básico de este día es: ’Amor universal, No-violencia y Paz. El Amor universal es mejor que el egoísmo, la No-violencia es mejor que la violencia y la Paz es mejor que la guerra’. El DENIP fue reconocido por el Ministerio de Educación y Ciencia, en 1976.
El día 30 de enero se conmemora además la muerte del líder nacional y espiritual de la India, el Mahatma Gandhi, en 1948, asesinado a tiros por un fanático hinduista.
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Espíritus Rebeldes - Familia y no violencia
Nada parecía hacer especial a aquel domingo. Al despertar quiso pasar a la cama de los papás para jugar con ellos (realmente ese rato de juego era de las cosas que más le gustaba hacer en la vida), pero los dos le protestaron por no dejarles dormir más y le enviaron al comedor a ver la televisión.
Se levantó solo y puso un canal de dibujos infantiles. Cuando sus padres se levantaron había visto lanzar más de 500 proyectiles de destrucción, más de 100 transformaciones de personajes en guerreros y varios capítulos en los que todos se enfrentaban en verdaderas batallas.
Acudió a tomarse el desayuno entre protestas, por lo lento que era y por cómo estaba perdiendo el tiempo. Protestas que continuaron durante el tiempo que duró su aseo personal (lavarse la cara, los dientes, vestirse y peinarse). Necesitaba ayuda para calzarse, porque es verdaderamente difícil ponerse los calcetines y atarse los zapatos, actividad que provocó que continuaran las protestas de los papás, a pesar de todo el esfuerzo que había hecho intentando conseguirlo solo.
Una vez preparado y con la tierna expectativa de jugar con sus papás toda la mañana, se encontró con el obstáculo insalvable de que papá tenía que ir a lavar el coche (con lo que le hubiera gustado acompañarle y ayudarle, porque él ya era capaz de ayudarle), y con las faenas de la casa que mamá debía hacer, porque era ella la que tenía que hacerlas, sin darse cuenta de que a él también le hubiera divertido ayudarla. Así que llamaron a sus tíos para ver si sus primos estaban en casa. Por suerte sí que estaban, así que se preparó sus juegos para ir a jugar con ellos. Pasaron hasta la hora de la comida jugando los tres, cada uno a su psp, matando y destruyendo personajes que intentaban evitar que ganara el juego, ¡ja! ¡los mataría a todos para ganar! ¡Claro, con tanto matar y matar no podían ni hablar entre ellos!, como mucho se decían el nivel del juego por el que iban. Y ya.
Como sus primos vivían cerca, volvió a su casa a comer con sus papás. Tremenda batalla, oye, que si no quiero de esto, que si lo otro no me gusta, que si has de comer de todo, hasta que le prepararon otra comida, la que sí le gustaba.
Ya por la tarde, a pesar de todo, mantenía la alegría que poder jugar con sus padres, pero se sentaron en el sofá a ver la peli y no encontraron tiempo para hacerlo. Allí sentado volvió a ver los enfrentamientos continuos entre los malos y los buenos, aunque solo sabía distinguirlos porque los malos eran más feos, porque los buenos mataban exactamente igual.
Nueva pelea para la merienda hasta que merendó lo que quiso y exactamente igual en la cena. Tiempo entre ambas actividades que transcurrió entre otra peli de características similares a la de después de comer y por la batalla de la ducha, nuevamente entre regañadientes de sus padres por su lentitud.
Antes de acostarse preparó su mochila para ir al cole al día siguiente y fue entonces cuando recordó que, ese lunes sí que iba a ser especial, precisamente celebraban en la escuela el Día Escolar de la No Violencia y la Paz. Mientras sus papás veían en la tele un programa cuyo título lo decía todo, ‘salvando enemistades’ o algo así.
22.01.2011 Luisa Cardona
Pedagoga y educadora social
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