julio



Muchas personas están repletas de miedos, de complejos, de envidias, de soberbia, y un largo etcétera de defectos. Pero también moran en cada uno otras bondades, que nos distinguen como almas, con una visión de elegancia compasiva, generosa y llena de ternura. Así, la compleja vida de la humanidad se va deslizando por distintos derroteros. Cada individuo tiene la libertad de ser lo que desea, y no por eso no se va a encontrar dificultades que superar. Todas ellas debieran enseñarnos lo que queremos ser y lo que no.
Nunca debiéramos mirar a nuestros semejantes despectivamente; más bien verlos con ojos de bondad, acercándonos y observando su vida desde un mirador, de forma que nuestra visión se ampliase y fuera más cercana a la realidad. ¿Qué somos cada cual entre todos los pobladores del planeta? Pequeños granos de arena en la inmensa playa de los mortales.
precedan a la acción consciente. Algunas personas están siendo conscientes de la ley de comprensión ante tantos acontecimientos en la ciudadanía, que viéndose desposeídos de lo más elemental, para su subsistencia tienen que recurrir a la generosidad compasiva de otros que intentan paliar esas carencias que los gobiernos han originado conscientes de lo que están haciendo.
Contemplando con serenidad todos los acontecimientos que se desarrollan en el gran escenario de la vida del hombre: pero llevando una vida activa, dinámica y de compromiso, para que aprendamos cada día una lección profunda y generosa, que el espíritu sabe archivar para los anales de nuestra propia existencia, cada pensamiento, cada acción en nuestras vidas, sea inspirado con los más nobles y puros deseos de superación. Que en cada momento nos encontremos disponibles para elevar nuestra mirada compasiva y que nuestras vidas se materialicen en obras concretas, y que los pensamientos correctos


El verdadero filósofo es aquel que no pone objeción en las cosas de la vida y soluciona las cosas como se le presentan, no dramatiza, ni se queja derramando lágrimas compasivas; las personas que ejercen la mendicidad como un vicio son pobres de espíritu, les falta la valentía, pasar por la puerta de la LUZ, pues cuando pasan quedan ciegos por el resplandor de tan potente luminaria. No le faltaba razón a Aristóteles en dejar la felicidad en manos de la razón prudencial; lo que, en definitiva, importa a la ética es la vida feliz.


¿Acaso no estamos faltos de felicidad?, desechando la sencillez y una vida compasiva, valores que todos tenemos, pero que los buscamos fuera cuando los tenemos dentro. Buscamos y no encontramos, mientras que todo se halla en la Madre Naturaleza, en el corazón sosegado, en lo más sencillo, en lo inmediato; pero no tenemos la sensibilidad amorosa para encontrarlo.

El verdadero filósofo es aquel que no pone objeción en las cosas de la vida y soluciona las cosas como se le presentan, no dramatiza, ni se queja derramando lágrimas compasivas; las personas que ejercen la mendicidad como un vicio son pobres de espíritu, les falta la valentía, pasar por la puerta de la LUZ, pues cuando pasan quedan ciegos por el resplandor de tan potente luminaria. No le faltaba razón a Aristóteles en dejar la felicidad en manos de la razón prudencial; lo que, en definitiva, importa a la ética es la vida feliz.
Que vuestras vidas escuchen la sinfonía del ahora, que no te abata la pobreza, ni el susurro de las malas lenguas, sólo el canto del pájaro, aliente tu Alma. ¡Si quienes te aplauden, te adulan! No escuches, sé sordo, sólo la mirada compasiva, llenará tu corazón.

Es el amor que canta a la alegría, a la libertad, a la juventud, que comprende que su patria es el Alma, cuyo sendero, guiado por la Luz, calentado con el Fuego, perfumado con la Bondad y silenciado con la Paz, conduce a una Felicidad compasiva, fruto de un Servir constante y desinteresado.” JTD.
¿Qué significado le podríamos hallar a la palabra compasión?, ¿Que es lo que reverbera en nuestros corazones? No tiene que ver con ningún concepto académico, ni mental, incluso emocional. Esta más allá del plano de lo material, es fruto de los valores más íntimos del ser humano
Sentir compasión, nos eleva sobre nosotros mismos y nos transmuta, dejando nuestra personalidad y nuestra mente a un lado, siendo nuestro corazón el que rige y despliega esas energías, que son también una expresión del Amor incondicional, de entrega a los demás altruistamente y con una especial ternura y comprensión, sin esperar recibir nada a cambio
